MÁS VERSOS ACRÓSTICOS DE 3ºA
Era una vez un niño,
Sin suerte en la vida.
Tuvo varios dueños,
Robaba a todos ellos,
Él lo necesitaba.
Lazarillo de Tormes se llamaba,
La suerte nunca de su lado estaba
Aunque él la buscaba.
JAIME CANO TORRES
Fuera tu voz
La que me ilumine,
O tu piel la que
Resplandezca.
NEREA ORTIZ CANO
Preciosa bola circular
Escondida entre algas y
Ramas estás, que con solo verte
Llamas la atención del más
Ardiente sol.
NIEVES QUIJADA Y PAOLA FRÍAS
Sola me encontraba
Oyendo el mar
La luna veía pasar.
ESTEFANÍA RAMA Y MARINA ROMÁN
Mira el niño mimado,
Ilusionado por su caballito,
Mira, mirando como ríe,
Amando a su caballito,
Riendo lo amaba.
ANA MARÍA ZAFRA SILLERO
Festividad eterna,
Entretenimiento sinfín.
Recreación de la infancia,
Infinito festín.
Aclarando la noche,
Sobre su cielo añil.
ABRAHAM CÓRDOBA HEREDIA
Luna del alba,
Unida al sol
Nunca escondida.
Amanece y desaparece.
TODO EL ALUMNADO DE 3ºA
lunes, 8 de junio de 2015
viernes, 5 de junio de 2015
DOS CERVANTES EN 2015
AUTORRETRATO
“Este
que veis aquí, de rostro desaliñado y de cabello castaño, frente ancha y lisa,
de ojos azules y nariz recta, aunque bien proporcionada; sin barbas, que no ha salido aún ni un pelo, los labios
gruesos, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino todos, y esos
bien acondicionados y bien puestos, porque tiene correspondencia los unos con
los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande, ni pequeño; la piel morena,
antes morena que blanca; bien recto y ligero de pies; éste digo que es el
rostro del que escribió el poema de la
Caca y el del Perro, y otras obras que andan por ahí
descarriadas y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Javier
Jáimez Jiménez. Fue tenista muchos años, y uno, futbolista, donde aprendió a
tener paciencia durante los partidos. Perdió el aprobado en los dos primeros
trimestres, suspensos que, aunque parece una tontería, él los tiene por casi
aprobados trabajando de cajero en el
restaurante como hijo del camarero de los restaurantes, Antonio Jáimez”.
Javier Jáimez Jiménez 3º A
Yo
Este que veis, de tono moreno, que viste una sonrisa
de duende, ultrajado a la tierra el ámbar, ahora incrustado en mis ojos,
robando la altura a un grande pequeño, quedándome ni alto ni bajo, con brazos y
piernas proporcionados al ajuste de mi anatomía, mediano; con cabello azabache luzco, que va hacia la corriente del viento, guiándose por la dirección
por la que va; se rumorea que soy gracioso, alegre y altruista. Cabe recalcar
que soy un gran arcón que dentro conllevo mil misterios y a la par seré,
desconocido y confiable y, siempre, amigable.
Abraham Córdoba Heredia, 3º A
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